Prevención

La caries sí es cosa de niños



DOMINGO 25 de noviembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- La salud dental de los estadounidenses está mejorando porque la gente está cuidando mejor de sus dientes. Pero esa estimulante tendencia no se extiende a algunos de los individuos más vulnerables del país, los niños.

Los estudios han hallado que la caries de los dientes de leche está aumentando. Un informe federal halló que las caries de los dientes de leche de los niños entre los 2 y los 5 años han aumentado de 24 a 28 por ciento entre 1988 y 2004.

Este daño de los dientes puede tener efectos duraderos indeseados sobre la salud general del niño, que van desde problemas con los dientes permanentes hasta enfermedades sistémicas causadas por las bacterias de la boca.

Jean Connor, higienista dental de Cambridge, Massachusetts y residente de la American Dental Hygienists Association, aseguró que los padres necesitan enseñarles a sus hijos que una boca limpia es igual de importante que las orejas, las manos o los pies limpios.

"Es otra parte del cuerpo que hay que mantener limpia", aseguró Connor. "Si tienes la boca sucia, estás llevando bacterias e infecciones por todas partes".

Con frecuencia, se cree que los dientes de leche son desechables o temporales. Pero si se dejan dañar, estos dientes pueden llenar la boca de bacterias que podrían perjudicar los dientes permanentes a medida que van saliendo. Y si hay que sacar los dientes de leche prematuramente por la caries, los dientes permanentes que vienen detrás pueden salir torcidos.

La higiene oral se puede lograr con varias técnicas. Los padres deberían enseñarles a sus hijos a cepillarse y a usar seda dental, además de ayudar con la higiene prestando atención a lo que se come.

Este cuidado puede comenzar incluso antes de que nazca el niño, aseguró Diann Bomkamp, higienista dental de San Luis y presidenta electa de la American Dental Hygienists Association (ADHA).

Las madres embarazadas le pueden dar a los niños no nacidos una ventaja dándole atención especial a su salud dental durante el embarazo, señaló Bomkamp.

"Si una mujer embarazada no tiene una buena higiene dental, podría tener más bacterias que causan caries en la boca y es muy probable que le pueda pasar estas infecciones a su hijo", señaló Bomkamp.

En cuanto nace el niño, los padres deben comenzar a mantener su boquita limpia incluso antes de que le salga el primer diente.

La ADHA recomienda limpiar completamente las encías del bebé cada vez después de alimentarlos con una toallita para bebé humedecida en agua o con gasa para estimular el tejido de las encías y retirar los restos de alimentos.

"Incluso antes de tener dientes, se les puede limpiar la boca para acostumbrarlos a la idea", recomendó Connor.

Cuando le comiencen a salir los dientes, los padres deben cepillarlos suavemente con un cepillo pequeño de cerdas suaves y una cantidad de crema dental con flúor del tamaño de una arveja.

A los dos o tres años, el padre puede comenzar a enseñarle al niño técnicas adecuadas para cepillarse. Sin embargo, el niño necesitará ayuda con el cepillado y el uso de la seda hasta los siete u ocho. Para entonces, habrán desarrollado la destreza para hacerlo solos.

Los padres también deben ser cuidadosos de no compartir inadvertidamente las bacterias de su propia boca con su hijo, incluso con los comportamientos aparentemente más inofensivos.

"Las bacterias de la caries se pueden transmitir por compartir alimentos y bebidas, el cepillo de dientes o los cubiertos", señaló Bomkamp. "Inclusive al soplar la comida se pueden transmitir a través de la saliva".

Vigilar lo que comen los niños también puede ayudar a protegerlos de las caries y de las cantidades excesivas de bacterias que causan deterioro en sus bocas. Esto incluye asegurarse de que los niños reciban alimentos con regularidad durante el día, sobre todo el desayuno, para evitar que sientan la necesidad de comer refrigerios de comidas poco saludables.

Un estudio reciente halló que las probabilidades de caries en los dientes de leche era mayor en los niños que tenían malos hábitos alimenticios. Los niños que no desayunan todos los días tuvieron mayores niveles de caries, según el estudio, al igual que los que no tuvieron cinco porciones de frutas y verduras diarias.

"Si están comiendo refrigerios varias veces al día, probablemente no estén comiendo cosas que son buenas para ellos", advirtió Bomkamp.

Otra cosa, no permita que un niño pequeño se vaya a la cama con un biberón y evite que anden por ahí con tacitas con tapa llenas de bebidas azucaradas.

Otro problema potencial es el aumento del uso de agua embotellada, dijo. El agua del grifo de casi todas las ciudades estadounidenses contiene flúor, que previene el deterioro dental. "La mayor parte del agua embotellada no tiene los niveles de flúor que quisiéramos ver", señaló Bomkamp.

Los higienistas dentales también urgen a los padres que lleven al niño al dentista lo más pronto posible, dentro de los seis meses siguientes a la salida del primer diente de leche o para el primer cumpleaños.

"Con frecuencia, a los padres no se les ocurre llevar al niño al odontólogo hasta que es demasiado tarde para prevenir problemas", comentó Connor.

Más información

Para más información, visite la American Dental Hygienists Association (http://www.adha.org/oralhealth/children.htm).

Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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